A veces pienso que no la quiero,
no siento nada;
no tengo ganas de llorar,
pero sí que la quiero;
tanto la quiero,
que me quedé sin fuerzas;
por eso no puedo llorar.
Me quedé sin lágrimas, sin fe,
preguntándome: ¿por qué le tuvo que pasar?
no siento nada;
no tengo ganas de llorar,
pero sí que la quiero;
tanto la quiero,
que me quedé sin fuerzas;
por eso no puedo llorar.
Me quedé sin lágrimas, sin fe,
preguntándome: ¿por qué le tuvo que pasar?
No hay comentarios:
Publicar un comentario